Tenía 12 años cuando descubrí el Tarot en la ciudad de Sète. El nombre de esta ciudad suena como el número 7, arcano del Carro, Il Carro en italiano mi nombre, Carrozza, el carruaje. Fue en 1992 que tuvo lugar mi primer encuentro con Alejandro Jodorowsky en un Cabaret Mystique de París. Seguí sus enseñanzas durante casi 30 años y fui su asistente personal durante 8 años entre 2004 y 2012. Al mismo tiempo, también tomé lecciones de otros discípulos mayores como Moreno Fazzari y Marianne Costa. Fundamos en 1997 con Moreno, una Célula Intensiva de Trabajo Colectivo, Chamánico y Transpersonal de inspiración Castañeda donde experimentamos con plantas maestras y hongos psilocybe. Estas experiencias estuvieron orientadas exclusivamente a la búsqueda de una apertura de la Conciencia.
Asistente de “Jodo”, como lo llamamos en Francia, lo ayudé a recolectar materiales para escribir el libro “Manuel de Psychomagie” y fui un “guardaespaldas psicomágico”. Un trabajo que él inventó a mi medida. Dio actos en el café donde hacía sus lecturas de Tarot y me pidió que acompañara a la persona a realizar su actuación, su acto psicomágico. Lo cual hice con inmenso placer y extrema concentración.
Para nutrir este camino de vida y tener una visión más ecléctica, también hice 4 años de psicoterapia clásica.
Al regresar a Francia en 2020, continué los cursos y consultas online en francés y español y desarrollé un grupo anual de aprendizaje de Tarot Psicomágico, en estos dos idiomas cada año, este será el 4º..
Luego estuve 8 años viajando leyendo y enseñando Tarot, Metagenealogía y Psicomagia en Chile, Argentina, Uruguay y Brasil. Radicado en Santiago de Chile, tuve la oportunidad de desarrollar un proceso de trabajo personal híbrido con enterógenos. Fue después de dos semanas en una aldea Shipibo en Perú que la evidencia de esta alianza se hizo evidente para mí.